A menos de 2 horas en coche desde Los Ángeles en dirección a Las Vegas, llegamos hasta Calico, un pueblo fantasma que fue abandonado tras prósperos años dedicados a la minería. Se puede pasear por sus calles, tomar una cerveza de raíz (bebida no alcohólica), visitar las minas subterráneas e, incluso, montarse en un pequeño tren de vapor. Ahora es visitable y está perfectamente conservado, transportándote hasta el pasado del lejano oeste.
Por si fuera poco, a 1 hora en coche desde allí se llega hasta las montañas del Big Bear, donde gigantescos lagos y pistas de esquí se presentan al más puro estilo suizo a pocos kilómetros de uno de los desiertos más áridos del mundo. Cualquier rincón de este lugar es una postal perfecta y el paisaje ideal para hacer una escapada con familia o con amigos en cualquier época del año.